Con el día soleado que hizo hoy, guardamos mucha ropa de invierno en el armario... al fondo (cuanto más mejor..) Gorros, bufandas, abrigos... quién sabe si lo volveremos a necesitar, pero por si acaso, lo ponemos allí, alejaremos el frío y nos quedaremos con el calor.
Hoy cogí del armario, un complemento que creo que combina con mi estilo habitual. Ahí estaba en una percha mi "traje de pensar más en los demás". Combina bien, porque aunque no soy quien para definirme, ya llevaba alguna prenda, del mismo estilo,("pulseras antiegoismo", "anillos de pensar en los demás".... ),pero con este complemento, al menos hoy, me ha ayudado a ir más cómoda por la calle.
Vale, que pensar en uno mismo es lo más importante, cosa que no he dudado nunca. De ahí que mi "traje" de amor propio va conmigo siempre... ( es como las chaquetas finas, que nunca viene mal llevarlas contigo). Pero una cosa es pensar en mí y otra es pensar poco nada en los demás.
Puede que nuestro alrededor cambie de algún modo, que te encuentres con una cara triste en alguien que te haga estar también tú mal.... o todo lo contrario, una sonrisa invada la de otra persona... Pero eso no tiene que influir en ti, en mí... en mi bienestar...Debe ser bueno para mí también si así lo es, y si es malo para alguien... algo podré hacer para cambiar de tercio lo que pasa. Por intentarlo...
Ponerse en el lugar del otro, es algo que suele funcionar... Es cuestión de practicar.
Pero lo importante es que sea lo que sea lo de alrededor, no tiene que ser influyente en tu manera de ser, en tu manera de vivir el día a día. Dejaré que me haga dudar de que "traje" ponerme... pero solo un ratito. Luego vuelvo a mi modelo de siempre...
A veces es mejor no cambiar y seguir como si no hubiera pasado nada, a cambiar, abrir el armario y no saber ya que ponerte...
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