Si tuvieramos la capacidad de escuchar todo lo que los demás piensan, nos soprenderiamos de las cosas que la gente se caya y que nunca llega a decir.
Tenemos por otro lado la suerte, de que esto no ocurra, porque podriamos volver locos a todo el mundo con nuestras comeduras de cabeza... Esas "amigas" que tenemos de vez en cuando y que aunque las queramos evitar, tarde o temprano llegan a nuestra cabeza, por tiempo ilimitado... Lo mismo se quedan unos días, como semanas...
Además son bastante influyentes, porque depende de lo que te vaya ocurriendo a lo largo del día, de a quién veas, lo que oigas... se sienten más cómodas, y deciden quedarse más tiempo... ¿por qué no? Con lo agusto que están ellas en nuestra cabeza dando vueltas, y dádonos un tema de reflexión.
También puede ocurrir lo contrario, y que decidan coger la maleta e irse... porque lo que haya ocurrido, les haya sentado mal, o les haya hecho darse cuenta de que ese no es su lugar... Pero si sucede, yo no saltaría mucho de alegría, porque seguro que tarde o temprano vendrá alguna como ella, a hospedarse en el lugar vacio que la otra dejó.
La estrategia, o "solución", es aprender a vivir con ellas. Muy fácil decirlo ( o escribirlo), pero complicado ponerlo en práctica...